viernes, 22 de enero de 2016

David Bowie - LOW


1. Speed of Life (2:46)
2. Breaking Glass (1:52)
3. What in the World (2:23)
4. Sound and Vision (3:05)
5. Always Crashing in the Same Car (3:33)
6. Be my Wife (2:58)
7. A New Career in a New Town (2:53)
8. Warszawa (6:23)
9. Art Decade (3:46)
10. Weeping Wall (3:28)
11. Subterraneans (5:39)

De entre los varios álbumes de David Bowie que entran en la categoría de clásicos (y son unos cuantos), Low es, además, uno de los más firmes candidatos a obra maestra del músico británico. Publicado en 1977, Low es el primer disco de la etapa que conocemos como "trilogía de Berlín", y que en su momento comentamos conjuntamente con sus dos continuaciones, "Heroes" (1977) y Lodger (1979). Es cierto que "Heroes", gracias sobre todo a su maravilloso tema homónimo, suele ser un disco de referencia en la carrera de Bowie, aunque Low retiene una pátina especial de trabajo de culto que lo hace muy especial. Por su parte, Lodger es un trabajo más convencional en lo que a estructura se refiere, y que en su momento pasó relativamente más desapercibido.

Contraportada de una edición en CD.

En efecto, lo que hace de Low una obra tan interesante es no ser en absoluto un disco convencional. Si bien es verdad que el Duque blanco nunca se caracterizó por atenerse a los tópicos de la música popular del momento, no deja de ser sorprendente que un artista al que podemos considerar como vocalista publique un álbum poco menos que instrumental. A ver, la segunda mitad del LP es un experimento cercano al ambient, mientras que la primera consiste en una pequeña colección de piezas cantadas en la órbita pop de la época... pero incluso en éstas últimas vemos que Bowie está mucho más volcado en cuidar la instrumentación y las atmósferas que en lucir su personal estilo vocal.

Contraportada de otra edición, esta vez con temas extras.

En la época en que se grabó Low, Bowie estaba luchando por salir del mundo de las drogas y encaraba cambios importantes en su vida personal y artística, lo que, suponemos, le animaba a experimentar un poco en varios campos. Por ejemplo, el año anterior protagonizó por primera vez una película, El hombre que vino de las estrellas (The Man Who Fell to Earth, Nicolas Roeg, 1976), que se aprovechaba una vez más de su imagen extravagante y "marciana". Para aquella película se le propuso componer una serie de temas musicales a modo de banda sonora, que finalmente no fueron utilizados. Se supone que Low nace como mezcla de las ideas musicales heredadas del anterior álbum Station to Station (1976) y los experimentos para la película.

Decisiva en el sonido de Low fue la inteligente producción de Tony Visconti, que sabe jugar con el sonido general y el equilibrio entre instrumentos para transformar una simple melodía en algo mucho más interesante (gran trabajo el realizado con el sonido de las percusiones, por ejemplo), y para hacer que las canciones tengan un carácter áspero, sin limar, muy vanguardista y más urbano que lo que venía siendo buena parte del art-rock de entonces. Low contiene joyas como Speed of Life, Sound and Vision o Be my Wife, sin que ninguna de las otras canciones merezcan menor atención.

Sound and Vision

Pero la palma se la lleva Brian Eno, que en la segunda cara del vinilo es poco menos que coautor fifty-fifty, desarrollando las composiciones de Bowie con su habilidad para la innovación electrónica hasta lograr resultados impresionantes en temas como -por citar el más conocido- el instrumental Warszawa. Aunque el disco se grabó en Francia, la influencia berlinesa en la música queda clara si pensamos en los parecidos que hay entre los temas casi del todo instrumentales de Low y lo que en los años setenta hacían los grupos punteros del krautrock, desde Neu! a Kraftwerk. Las texturas sobre por encima de las melodías, lo cósmico por encima de lo terreno. Puede permitirse Bowie intervenir en toda una segunda cara como un elemento más de la amalgama, añadiendo algunas voces sueltas, más cánticos sueltos que verdaderas canciones. En cualquier caso, y aun siendo Eno quien marca la diferencia, los instrumentales de Low se mantienen en la atmósfera agradable del ambient de su coautor, sin llegar al grado de frialdad electrónica del krautrock.

Warszawa en directo, en 1978.

Con estos trabajos de David Bowie, al igual que con muchos de los grandes títulos del rock de los setenta, uno no puede dejar de sorprenderse al ver cómo la música popular alcanzó sus más altas cimas en lo que a libertad creativa se refiere. La industria lo fomentaba y el público lo bendecía de buena gana, tal vez porque los medios de entonces eran menos dados a crear sus propios ídolos prefabricados y solían apoyar a los de verdad, a los que se hacían a sí mismos. La relación entre las compañías discográficas, los medios de comunicación y el público ha cambiado muchísimo desde aquella década del siglo pasado, y en muchos casos sólo los supervivientes de entonces han podido mantener su independencia artística. La evolución artística de Bowie solo se ha detenido cuando le ha fallado el cuerpo, cuando una maldita enfermedad le ha impedido seguir haciendo lo que le daba la gana. A falta de que se publiquen todos los recopilatorios que son de esperar en estos casos, nos sigue quedando una larga discografía a la que poder acudir de vez en cuando, con la suerte de que no contiene música de usar y tirar. Sirva esta reseña como homenaje a su indiscutible talento y su influencia irrepetible sobre quienes no nos conformamos con medianías.

4 comentarios:

José Ramón dijo...

Grandísimo disco. Me quedo con la edición de Rhyno Sound and vision de 1990 que contiene temas extras aunque supongo que la edición remasterizada sonará mejor.
¡Qué perdida!

Ó. dijo...

Vuelvo a comentar en un intervalo de menos de dos semanas, cosa poco habitual, pero el tema lo merece. Primero, por la excelente reseña, en la que no sólo homenajeas justamente a otro genio que se ha ido (hace no tanto fue Lou, buen amigo de Bowie, y esperemos que Iggy aguante, aunque sea a base de tónicas, quién iba a decir que sería él el que sobreviviese...). En fin, creo que de lo que he escuchado de Bowie, de sus álbumes, "Low" fue quizá el que me llamó siempre más la atención (por algo suelo visitar este sitio), y hace justicia a toda una fructífera e interesantísima carrera. Por otra parte, no puedo sino estar más que de acuerdo con lo que dices hacia el final... "()porque los medios de entonces eran menos dados a crear sus propios ídolos prefabricados y solían apoyar a los de verdad, a los que se hacían a sí mismos.". Vamos, que lo has clavado. Nuevamente, saludos. Ó

parsick dijo...

Aunque nunca he sido un fan incondicional del británico (probablemente por ser un canijo cuando publicó sus mejores trabajos y por tardar en descubrir su música al estar ésta alejada de la rama progresiva-sinfónica que fue con la que empecé a explorar la música de los 70), quiero decir que el Sr. Bowie tiene todo mi reconocimiento y admiración. A raíz de su inesperado fallecimiento, sentí la curiosidad de bucear en su biografía y en su música, recorriendo la totalidad de su discografía. Aunque mucha de su música no llegó a atraparme, hubo muchos temas, para mí desconocidos, que me encantaron. Descubrí una cosa que me fascinó y fue ese sentimiento continuo que tenía para reinventarse (de hecho lo mencioné en mi comentario sobre el "Zoolook" de Jarre). Otro asunto que también me fascinó (y mucho) fue leer lo difícil que le resultó abrirse camino en la música. La cantidad de sinsabores, tropiezos, traiciones y dificultades que tuvo que pasar. Llegar cuesta, la clave es ser fiel a uno mismo y no rendirse jamás (esta frase es mía, pero seguro que él la suscribiría).
David... allá donde estés no dejes de ser creativo. Gracias por tu legado. Descansa en paz.

aa dijo...

Dejo aquí un pequeño vídeo sobre este maravilloso disco: https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=NcGl60y4GiI

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