sábado, 3 de diciembre de 2016

Jean-Michel Jarre - OXYGENE 3


1. Oxygene part 14 (5:27)
2. Oxygene part 15 (6:40)
3. Oxygene part 16 (6:50)
4. Oxygene part 17 (4:20)
5. Oxygene part 18 (2:48)
6. Oxygene part 19 (5:45)
7. Oxygene part 20 (7:59)

Vale, a ver por dónde empezamos... todavía estoy digiriendo buena parte del nuevo álbum de Jarre, lanzado a la venta ayer mismo, y me resulta muy difícil saber si dentro de un tiempo será un disco al que acudiré de vez en cuando o si se quedará haciendo bulto en la estantería donde guardo los CDs. Una buena señal es que lo he escuchado al completo tres veces (una más mientras escribo) y sigo teniendo gana de ponerlo a sonar. En cualquier caso, y para no dar la impresión de que venía con el arma cargada tras los discutibles dos volúmenes de Electronica, diré que hace casi treinta años -de mis treinta y siete- que sigo a Jarre y deseaba con todas mis fuerzas un trabajo potente que reafirmase su debilitada identidad como creador. Lo he comprado con ilusión. Tras llegar a su final 39 minutos después, no sé si Oxygene 3 es el trabajo que quería, pero al menos no es el que me temía.

 Contraportada del CD.

Oxygene 3 no parte del punto en el que se quedó Oxygene 7-13, sino que más bien quiere regresar al sonido del primer disco, a su carácter denso y atmosférico. Si en la secuela de 1997 teníamos una obra magnífica de arquitectura conceptual a base temas recurrentes que buscaba una coherencia sonora a base de desarrollos melódicos, en Oxygene 3 son las texturas aéreas las que dan cohesión al álbum. Es como si al Oxygene original le hubiesen quitado las frases melódicas y se hubiese quedado en una carcasa de texturas. A excepción del obligado tema radiable Oxygene 17 y poco más, la práctica totalidad del álbum surge de un planteamiento a nivel rítmico y atmosférico, no melódico. Las pocas melodías que queremos vislumbrar son más bien vaivenes tonales que buscan un desarrollo musical de estas texturas, y no un fin en sí mismo. Es un Oxygene minimalista, si queremos verlo así, y en mi modesta opinión, el experimento como conjunto funciona más o menos bien.

Funciona como conjunto, aunque no todo lo que Jean-Michel planta termina de florecer. La experiencia del oyente se resiente demasiado de una primera mitad -aproximadamente- con temas demasiado largos y en los que casi se diría que no pasa nada. Hablo de Oxygene 14, 15 y 16, tres piezas con sus virtudes, pero que se alargan más de lo deseable sin que parezcan llegar a ninguna parte. Lo peor es que cualquiera de las tres podría pasar perfectamente por un tema de baile al que se hubiese borrado el chunda-chunda. Haced la prueba, imaginad un ritmo bakala machacón mientras escucháis la primera mitad del disco, y lo comentamos por ahí abajo. En realidad, veo venir que el propósito de Jarre es ofrecer estas piezas en concierto, esta vez sí, con un ritmo potente. Pero en un álbum que van a comprar sus seguidores de siempre... no ha tenido el valor suficiente. Se ha quedado con las ganas. La segunda mitad del disco, en mi humilde opinión, sí que es digna de las enormes expectativas levantadas.

El vídeo oficial de Oxygene 17

Oxygene 17 es un tema que, en el contexto del álbum, resulta menos prosaico que en su escucha aislada. Es verdad que contiene un fraseado melódico propio de una rave, pero también hay en él una segunda melodía, una base rítmica y un fondo aéreo marca de la casa Jarre que lo rescatan amablemente de la cutrez. Muy sorprendende y delicado es Oxygene 18, un tema ambient demasiado corto que podría haberse desarrollado hacia algo realmente grande, aunque el francés lo deja en una dulce anécdota. Todo lo contrario a lo que sucedía en los tres primeros cortes. En Oxygene 19 sí que estamos esperando de veras que de pronto empiece el ritmo discotequero tras algún que otro subidón-y-pausa en el que he cruzado los dedos para que tal cosa no ocurriese. No ocurre, y la verdad es que al final no se queda un mal tema, gracias a que evoluciona y progresa de un modo interesante. Esta es la pieza que dio origen al álbum durante la composición de Electronica.


Unos extractos de los temas, publicados antes del lanzamiento oficial.

Oxygene 3 tiene un gran final, y eso contribuye a que la experiencia concluya con buen sabor de boca. Oxygene 20, el último tema de la trilogía, brilla con luz propia gracias al sonido de órgano de iglesia de su primer tramo, y sobre todo gracias a su denso y mayestático desarrollo posterior, enormemente grandioso, cósmico y estremecedor. Suena por la zona media, con timidez, la melodía de Oxygene 6, suponemos que como una forma de cerrar el círculo.

Lo mejor de Oxygene 3 es el detalle que ha puesto Jean-Michel en el sonido y los efectos de cada tema. La labor de ingeniería es soberbia, ya que hasta en los fragmentos menos inspirados es posible sumergirse sensorialmente. Lo peor es la sensación que queda de que Jarre no ha trabajado todo lo que debería las composiciones. Quizá se deba a la idea que tenía el músico de que el álbum surgiese en su cabeza de manera inmediata, espontánea, pero cualquiera a estas alturas habría sido consciente de que el talento de aquel joven ya no es tan brillante. Lo que no da el genio lo puede dar la constancia, y pienso que Jarre ha confiado demasiado en el primero y ha descuidado la segunda. De todos modos, hay que concederle el haber logrado el objetivo más difícil de todos los que tanto él como nosotros nos planteamos antes de pulsar el botón "play": que Oxygene 3 nos transportase, aunque fuese solo a ratos, al peculiar e irrepetible sonido del primer álbum. Creo que lo logra con solvencia, mejor incluso que en Oxygene 7-13, por mucho que, en todos los demás aspectos, aquella primera secuela fuese muy, muy superior a esta.


10 comentarios:

DANI dijo...

En general, de acuerdo contigo, Conde, como casi siempre. Los 3 primeros temas me siguen pareciendo un batiburrillo desconcertante y que, efectivamente, no llevan a ninguna parte. Después de 4 ó 5 escuchas (ahora mismo lo estoy oyendo), es verdad lo que dices del chunda chunda en esos temas, pero incluso esos temas disco-bakalaos de las discos tienen una coherencia melódica que, aunque machacona y repetida, aquí no aparece. Quizás el más salvable, porque intenta mantener una coherencia y una unidad interna estable, sea la parte 16.
Disiento en una cosa de ti, Conde, y es que creo que no debe ser tan difícil que el creador original del primer OXYGENE no sea capaz de transportarnos, aunque solo sea mínimamente, al sonido del primer album. Si tienes los medios técnicos a tu alcance, los instrumentos originales, toda la parafernalia sonora intacta y algún que otro "avancillo" tecnológico más, creo que por fuerza tiene que salirte un sonido muy similar. Creo que al sr. Jarre hay que pedirle algo más que que el mero hecho de que se aproxime a las texturas aéreas y a la atmósfera de su primer trabajo. Creo que eso cualquiera con un software musical mínimamente dotado y los conocimientos musicales básicos puede conseguirlo.
No es un mal trabajo, pero otra vez totalmente de acuerdo contigo, la inspiración y el genio ya aparecen con cuentagotas y esa es la cruda realidad. Estos dos últimos días me he acordado muchísimo del primer OXYGENE, y lo he echado mucho de menos, y eso no es porque la textura atmosférica esté conseguida, sino porque no se le acerca ni por asomo al grado de inspiración, talento compositivo o pura genialidad que sí tenían los 2 primeros discos con Polydor de Jarre.
Siento haberme extendido tanto, pero por dejar algo positivo para el final, decir que quién nos lo iba a contar hace menos de 2 años: Jarre vuelve a publicar material nuevo, sin colaboraciones y encima con algo parecido a lo conceptual con cortes numerados. (Por cierto, cada vez me gusta más la parte 19, que me está sonando ahora por los cascos....)

Gracias, Conde!

José Ramón dijo...

Acabo de escucharlo por primera vez y coincido al 100% en todo lo que has comentado. Me gusta especialmente que no halla repetido la estructura del primer Oxigene como hizo Oldfield con Tubular Bells I I, o sea, autoplagiarse. Tampoco se si aguantara muchas audiciones pero desde luego le daré mas oportunidades.

Ricard Tortosa dijo...

Totalmente de acuerdo con tus comentarios. En cuanto a la dicotomía que se aprecia entre las partes 14 a 16 y 17 a 20, el propio Jarre da la explicación de ello sobre el minuto 5 de la siguiente entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=d4hv60hkF5U. Según parece, en su voluntad de recuperar la esencia compositiva del primer Oxígeno (que al igual que éste lo terminó en tan solo seis semanas), concibió esta tercera entrega como si tuviera que ser editada en formato vinilo: 40 minutos divididos en dos caras. Una cara A que él describe como "oscura" (14 a 16) y otra cara B con un sonido que toma una vertiente mucho más "clara" y melódica (17 a 20). Tal cual como el camino que recorre la vida misma, con sus momentos de rosas y espinas.
Gracias por este blog!

El conde dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El conde dijo...

Por ahí las criticas son extremas, o muy buenas o muy malas. Por lo menos nosotros estamos más o menos en la misma línea.

Alberto EV dijo...

Para mí ha sido una decepción. En conjunto, me parece un disco demasiado poco trabajado y sin sustancia. Solo escucho efectos y más efectos, pero sin ningún armazón de fondo: las texturas son simples y no hay progresión alguna. Que el álbum comience, como decís, con tres temas que no lleven a ninguna parte y puedan ser intercambiables, no casa nada bien con una trilogía Oxygene en la que cada disco tenía una personalidad propia pero cada tema estaba construido por su valor en sí mismo. La parte 17 es la única que destaca, pero da paso a una segunda mitad que se queda a medio gas: ambiental sin desarrollo en la 18, ritmos tecno sin chicha e inconexos, y una parte 20 igual de incoherente y en la que la atmósfera sonora densa y épica llega tarde.

No se trata, creo, de que Jarre haya vuelto a territorios más ambientales. Ya los ha tenido durante toda su carrera, y los dos Oxygene anteriores son buena prueba de ello. Pero al menos en ellos había capas de sonido, progresiones, ideas que no se quedaban en esbozos. Siento ponerme tan duro con un artista al que admiro mucho, y mira que a este proyecto le tenía ganas... pero no tengo por dónde cogerlo. No es que me parezca un insulto: es que no me dice absolutamente nada. Y, siendo el proyecto que es, me parece incluso peor.

José Ramón dijo...

Alberto, estoy de acuerdo contigo: se lo podía haber currado un poco mas.Con todo ello, creo que tiene momentos interesantes que con más melodía hubieran sido sublimes. Un trabajo que me suena hecho con prisas, quizás por encargo de una discográfica, Sony, poco dada a perder dinero.

Bodega Ateneo dijo...

Saludos, he leido todos vuestros comentarios y aquí va el mío. Para mi Oxygene 3 es un gran disco, pensando de donde viene Jarre, en especial Teo y Tía . A diferencia de lo que el mismo David ya comentó, para mi son muy interesantes los proyectos Electronica, sobre todo la primera parte, pero juntando lo mejor del I y II saldría un gran disco, aunque ciertamente no de Jarre. Vamos con Oxygene 3.
El arranque del disco, ese minimalismo que me recordaba algunas piezas de Wim Mertens, pero parece mas que ingenioso, aunque puede tener un recuerdo en la parte rítmica del Rendez Vous IV, una nota repetida sobre la que construye el tema; me gusta ese punto ambient y club de las partes 15 y 16, sobre todo las transiciones tan limpias y cargadas de los mejores recuerdos de Oxygene; puedo estar de acuerdo que parecen improvisaciones o temas de una sesión, pero a mi eso no me disgusta especialmente ; Oxygene 17 es un tema que en otra epoca nos hubiese encantado por ser un hit, lo tiene todo, pero en esta epoca no es ya un tema tan comercial. Poco habláis del Oxygene 18, ese tema naif en que nos imaginamos a Jarre casi tocando la guitarra como en los orígenes de su carrera, y que también me lleva a algún tema de Mertens. Oxygene 19 me parece el tema mas completo y elaborado del disco,solo por el ya merece la pena comprarlo. El final nos devuelve a un Jarre épico también desde un lado minimalista, quizás lo mas cercano a ese Jarre sea The Emigrant.
Lo de incluir fragmentos de Oxygene 3 y 6 creo que se lo podía haber ahorrado, y sabiendo que buscaba 20x2 de duración, un pelín mas de largura (o versiones extendidas de los temas) no hubiese estado mal.
Ya discutimos una vez sobre la calidad del Oxygene 7-13 David, ya sabes que no es uno de mis favoritos, sino que para mi representa el final de la época del gran Jarre.
Siento si me extendí.
Rafa


Unknown dijo...

El oxygene 17 es el mejor tema de electrónica que he escuchado en mucho tiempo. El ritmo rave que llama el crítico ex una traslación de la señal WoW detectada hace años. Es una maravilla emocional.

Nemo dijo...

No estoy de acuerdo con la entrada.

Me parece un grandísimo disco. Las melodías están reducidas al mínimo, apenas unas cuantas notas (como en The Heart of Noise). Pero es un disco emocionante, de principio a fin. Maravilla que pudiera componer esto de un tirón, más o menos.

Los temas 14 y 15 me parecen maravillosos. El 18, 19 y 20 son continuaciones naturales. Melodismo delicado y atmosférico.

Los dos temas que no acaban de encajar del todo son el 16 y 17. El primero tiene una sensación de velocidad ajena al tono del disco en general, pero hace de final de la primera parte. Aquí habría venido bien quizás un tema con más garra melódica. El 17 está muy bien arreglado, pero es un tema pegadizo y muy melódico que diferente a los demás, más animado, que podía haber hecho pareja con el 16 de haber sido este del mismo carácter, pero no. Queda por tanto como algo aislado del conjunto.

Todo ello es una sensación puramente subjetiva, y nada más.

He viajado por el disco con auténtico placer y emoción, de principio a fin, percibiendo lo descrito arriba, y terminando emocionado con esa ascensión/disolución (¿la muerte?) que son los últimos acordes del tema 20.

Magnífico.

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